En este artículo vamos a mostrar de forma clara y directa si la radiofrecuencia facial es una técnica eficaz o puro marketing.
Desde hace 20 años se vienen desarrollando y evaluando infinidad de sistemas láser y otros sistemas a base de luz, todo con el fin de revertir el envejecimiento. Estos procedimientos son conocidos como fotorrejuvenecimiento y año tras año eran de los más demandados en nuestra sociedad.
Sin embargo, en los últimos años los procedimientos estéticos con radiofrecuencia son el nuevo auge de los tratamientos estéticos. A pesar de ser una tecnología que se ha estado desarrollando desde el año 2000, es solo en los últimos años que la radiofrecuencia ha logrado establecerse en los consultorios de dermatólogos y cirujanos estéticos.
Esto es gracias en gran medida al respeto y credibilidad que le han otorgado las celebridades a esta clase de tratamiento. Tratamientos que ya disponen de diferentes tipos, según la zona a tratar, las necesidades de la piel y la tecnología de radiofrecuencia implementada.
No obstante, no es oro todo lo que reluce, y en la actualidad nos encontramos con muchos engaños y desilusiones. Pero ¿es este el caso para los tratamientos de radiofrecuencia? A continuación, lo analizaremos.
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Estudios clínicos que los respaldan
Los tratamientos de radiofrecuencia son un método no quirúrgico de estiramiento de la piel que se lleva implementando desde el 2001. Este método y su tecnología han sido sometidos a diferentes estudios clínicos para corroborar su seguridad y su supuesta efectividad.
Estos estudios han arrojado resultados unánimes, que ratifican la efectividad y numerosos beneficios que la radiofrecuencia genera en nuestra piel. Muestra de esto es el dispositivo ThermaCool (Thermage, Inc.), primer aparato monopolar el cual fue aprobado en el 2001 por la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos).
En este estudio, la agencia del gobierno estadounidense destacó y aprobó esta tecnología, como un tratamiento no invasivo efectivo para las arrugas. Al año siguiente la misma tecnología recibió la aprobación para su uso en las arrugas periorbitarias y en el 2004 y 2006 recibió la aprobación como tratamiento efectivo en el área de la cara de forma completa y el contorno del cuerpo, respectivamente.
De igual manera, uno de los mayores estudios en los procedimientos estéticos con tecnología de radiofrecuencia monopolar, fue el efectuado por Bassichis. Su ensayo multicéntrico destacó que de los 86 pacientes que fueron sometidos a un único tratamiento de RF, el 83% de estos, mejoraron en algún punto en el sistema de clasificación de arrugas de Fitzpatrick. Así como un 50% se sintió satisfecho con los resultados de la mejora de las arrugas periorbitarias.
Este mismo estudio enfatizó que en los pacientes se pudo observar un levantamiento de cejas de 0,05 mm en el 62 % de las personas que fueron sometidas al tratamiento. Resultado similar al tratamiento realizado por ThermaCool, cuya evaluación resultó en un levantamiento de cejas de 0,5 mm en el 87,5% de los pacientes.
Hay que señalar que aunque los resultados no son tan sorprendentes como los arrojados con los tratamientos ablativos (tratamientos con láser), los tratamientos con radiofrecuencia son tratamientos no invasivos, con menos efectos secundarios y con un menor tiempo de inactividad. Además, ofrecen beneficios comprobados y significativos.
Efectividad científica
El colágeno es una proteína esencial en nuestro organismo y la elastina forma parte del tejido conjuntivo de la piel, es decir, que al igual que el colágeno tiene funciones estructurales en la piel, pero también se encarga de mantener y conservar la hidratación de la dermis, y a su vez protege las fibras de colágeno.
Por lo que podemos decir, que ambos elementos trabajan en conjunto para el mantenimiento de una piel sana y libre de arrugas. Pero tristemente a medida que envejecemos la producción de colágeno empieza a reducirse, lo que hace que aparezcan los signos de envejecimiento. He aquí la clave de la efectividad de los tratamientos de radiofrecuencia.
Estos han sido desarrollados para que puedan llegar a estimular la producción de colágeno en la piel. Estudios clínicos han determinado que se necesita temperaturas subdérmicas entre 65 °C a 68 °C y temperaturas de la superficie de la piel de 38 °C a 42 °C para la producción de colágeno.
Estas temperaturas están al alcance de la tecnología de radiofrecuencia, que a través de pequeñas corrientes eléctricas calienta los tejidos de la piel provocando un efecto tensor inmediato en la misma. Aunque son diferentes las tecnologías que se usan en este tipo de tratamiento, todas tienen la capacidad de generar calor en las capas más profundas de la piel y por esto son tan efectivas en estimular la renovación celular.
¿Tratamientos de radiofrecuencia o láser?
Entre gustos y colores hay un sin fin de opciones a escoger. Pero en el caso de estos dos tipos de tratamientos estéticos, la decisión de escoger cual es el mejor queda en manos de cada persona. Estos dos tipos de tratamientos, presentan resultados similares, con algunas variantes en el procedimiento y diferencias en los efectos secundarios.
En el caso de los tratamientos con láser, se pueden encontrar láser ablativos y no ablativos. Ambos provocan la estimulación de producción de colágeno y ayudan a lucir un mejor aspecto en la piel.
Lo mismo sucede en el caso de los tratamientos con radiofrecuencia, pero este le causa menor daño a la piel. Esto se debe a que a diferencia de los láseres que implementan ondas de luz de mayor frecuencia, los tratamientos de radiofrecuencia, en su frecuencia más baja, es capaz de penetrar en los tejidos más profundos de la piel. Como resultado la radiofrecuencia penetra de forma segura, mejorando la estructura de la piel, ayudando a mejorar el tono de la misma y hasta es capaz de levantar los tejidos.
Además, como ya se mencionó tienen efectos secundarios menores y ningún periodo de inactividad, cuyo procedimiento dura menos de una hora y también es casi indoloro. Razones por las cuales muchas personas han preferido apostar por este tipo de tratamiento de estiramiento cutáneo de la piel, sin la necesidad de pasar por el quirófano.