Cuando se habla de radiofrecuencia facial surgen varias preguntas sobre su funcionamiento. En este artículo aclararemos todas tus dudas.
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Antes de empezar
Te contamos que la radiofrecuencia facial es una técnica que puedes realizar en casa y que te ayudará a combatir las molestas líneas de expresión, arrugas y demás signos del paso del tiempo.
La laxitud de la piel o envejecimiento es una de las mayores preocupaciones de los pacientes en consultorios de cirujanos plásticos. Por eso, para combatirlo se han desarrollado varios procesos quirúrgicos y procedimientos no invasivos.
Entre estos últimos se incluyen los tratamientos por radiofrecuencia, una tendencia entre las celebridades gracias a sus efectos inmediatos. Pero ¿cómo funciona realmente este tratamiento? ¿Es peligroso o doloroso? A continuación, aclararemos tus dudas.
Estiramiento cutáneo por radiofrecuencia
Comencemos por el principio… ¿qué es la radiofrecuencia? Este es un tratamiento estético que usa como base, corrientes eléctricas oscilantes, bien sea por medio de una antena o electrodo, que a su vez generan ondas electromagnéticas.
Estas ondas electromagnéticas son una forma de radiación generada por la liberación de energía. Estas se miden según la frecuencia o longitudes por segundo y pueden clasificarse como de baja energía o de alta energía, dependiendo de la energía liberada.
En el caso de las ondas de RF para tratamientos faciales u otros usos clínicos, se utilizan las de baja energía, pero de alta frecuencia, ya que estas se transmiten solo en distancias cortas. Además, esta clase de ondas viajan a la velocidad de la luz y pueden variar desde menos de un centímetro hasta 100 kilómetros. Como posee un nivel de frecuencia alto, las ondas de radio no dañan la estructura neuromolecular a diferencia de la corriente eléctrica simple. Por lo tanto, puede implementarse de forma segura en la medicina y estética.
¿Cómo funciona el tratamiento de radiofrecuencia en la piel?
Si el uso de electricidad en el tratamiento de radiofrecuencia te da miedo, ¡mantén la calma! te aseguramos que no sentirás dolor ni tus músculos se van a contraer. Como ya mencionamos, estas ondas electromagnéticas viajan demasiado rápido como para alterar nuestros nervios, más bien, fluyen a través de nuestras células y tejidos.
Cuando una persona se somete a un tratamiento de radiofrecuencia, dichas corrientes de RF fluyen y penetran hasta la capa subcutánea de nuestra piel. Al ocurrir esto, se genera una reacción exotérmica, es decir, que se convierte en un catalizador que produce calor dentro de nuestro cuerpo. En este tipo de tratamientos nuestra piel puede llegar a calentarse desde 38 a 40 grados. Y es en ese momento donde ocurre la magia de la radiofrecuencia.
Al estimular la estructura debajo de nuestra piel y el calor generado, el tratamiento de radiofrecuencia crea una lesión controlada en la piel. Pero entonces ¿dónde está la magia? Piense en esto, ¿qué ocurre cuando nos hacemos un corte o rasguño en nuestro cuerpo? Si, nuestro organismo comienza a trabajar por más tiempo y de forma más rápida para sanar la herida, generar una piel fresca, nueva y tersa.
Pues lo mismo ocurre con el tratamiento de radiofrecuencia, pero con mejores efectos, dado que es una herida controlada y el calor estimula la producción de colágeno y elastina. Los dos elementos claves de la firmeza, tirantez y tersura de la piel. Por lo que al someternos a un tratamiento de radiofrecuencia disfrutaremos de una piel mucho más fresca, más nueva y más tersa. ¡Genial! ¿no lo crees?
El colágeno y la piel más joven
Recordemos que el colágeno es la proteína más abundante en nuestro cuerpo. Lo encontramos en todos lados: nuestros huesos, tendones, músculos y por supuesto nuestra piel. Y este junto con la elastina, son las armas claves para lucir una piel más joven. Es por esto que los tratamientos de radiofrecuencia son tan efectivos.
Dado que simplemente no se puede meter o dejar caer más colágeno en nuestra piel, esta clase de tratamientos que estimulan las fuentes encargadas de producirlo (fibroblastos) mediante la contracción de estos, resulta en un efecto de estiramiento inmediato en la piel. Así que los resultados de este tratamiento son inmediatos y lo que es mejor, acumulativos, tal como sucede en la síntesis de colágeno retardada.
Y esto no es solo palabras, pues muchos estudios clínicos sobre el tratamiento con radiofrecuencia han sacado a relucir la efectividad de los mismos. Inclusive en la primera sesión de tratamiento, donde se puede ver una piel más levantada, y la línea de la mandíbula con un aspecto más fresco.
Cabe señalar que los tratamientos de radiofrecuencia son conocidos por su efectividad para suavizar las líneas finas, sobretodo esas que tanto nos molestan, como es el caso de las líneas que aparecen de la nariz a la boca, así como por tensar la línea de la mandíbula y levantar las mejillas.
En este último caso, la popular actriz Jennifer Aniston les dio mucho crédito a los tratamientos de radiofrecuencia, puesto que le permitían mantener su piel “levantada”. Sobra decir, que esta actriz logra de forma excelente mantener una apariencia joven a pesar de su larga edad y uno de sus secretos (no tan secretos) es someterse a sesiones de tratamientos de radiofrecuencia.
Conclusión
Más que un gasto, muchas y muchos consideran que los tratamientos de radiofrecuencia son una inversión, enfocada en mantener una buena apariencia y contrarrestar los efectos de la laxitud de la piel. Y si bien es cierto que el envejecimiento es un proceso lento e imposible de parar, esta clase de tratamientos, no invasivos, son una opción más sana e igualmente efectiva, que someterse a una cirugía de estiramiento de piel.
Además, los tratamientos de radiofrecuencia pueden ser implementados en varias partes de nuestro cuerpo, no solo en la cara. Lo que lo hace más valioso y atrayente, sin contar que no es un tratamiento que nos vaya a generar dolor ni necesita un largo periodo de tiempo de inactividad, a diferencia de otros tipos de tratamiento contra el envejecimiento que requieren de tiempo para que se recupere el organismo.
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